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jueves, 25 de diciembre de 2014

Y Rock'n'Roll.

Compañeros de cuarto, por un rato. Prenden el ámbiente sin querer, queriendo. En lugar de salir huyendo, se dejan llevar por sus silencios. Pasándose indirectas como iguanas, cercanas. Siendo desconocidos que juegan como si no lo fueran.  Estrechando lazos, lazos de seda que se anudan desnudos.  Permanecen en silencio pero se entienden. Se entienden y se miran para entenderse aún más. Se observan fijamente mientras se desarropan el descaro y se destapan los deseos. Suicidas que se lanzan al incendio. Deshojándose el verano, calentándose el invierno. Amantes gato que se comen la manzana. Ojos en blanco que sólo piensan en rojo. No tienen nada pero se hacen sentir que como si todo. Se agarran las manos y las funden, se funden. Se mezclan, se olvidan del mundo, de sí mismos. Ya no son"ella" y "él". Son "ellos". Son uno. Uno leal al placer de las horas improvisadas. Que calla sus vacíos y se llena de delirio. Que se queda al abrazo de después y no admite que sea su parte favorita de la batalla. Uno fiel al ardor de una noche que se despierta huérfano en la mañana.



















Sólo unos pocos entenderán.

"Sígueme" dijo. Y empezamos a caminar por las calles cercanas entre anécdotas y palabras que ya no recuerdo.
Y ahí estaba ella. Pintada de un dorado hechizante, luciendo plenilunio.
Inevitable era el mirarla.
"¡Dios! ¿has visto la luna?" dije totalmente fascinada mientras hacía hincapié señalándola.
"Y como te iba diciendo..." 
Sí, esa fue su respuesta, continuar hablando de su egocentrismo.
Julio Cortázar observaba la luna. 
Frank Sinatra observaba la luna.
John Lennon observaba la luna.
Yo observaba la luna, pero él no.
Las personas que se detienen a mirar el mundo, a disfrutar las cosas que se encuentran en él, esas siempre resultan irresistiblemente interesantes.
"Observar y soñar, observar y soñar, esa es la clave, la principal" pensé.
Y para cuando dejé de pensar, ya no importaba nada más de lo que aquel hombre pudiera decirme, pues para mí había perdido cualquier posibilidad de perdernos juntos.




martes, 16 de diciembre de 2014

-Nada.

Dicen que el peor vacío, es aquel que se siente cuando se está acompañado.
Lo reconocí enseguida. Sus sonrisas lo adelantaban, pero deje que se quedaran, al menos, un par de horas. Era la única forma de olvidar mi desgracia, aunque paradojicamente era lo mismo que luego me hacía recordarla.
Quizá no noté lo antagónico que me resultaba hasta que envuelta en una de esas pieles, supe en un orgasmo que a la mañana siguiente ya no estaría entre sus brazos. Que volvería a despertar sola, sin nada ni nadie, pero con la sensación extraña de que al menos durante un rato me pudo haber parecido tenerlo todo.
En realidad nunca he tenido verdaderamente claro lo que quiero, pero noté en seguida que no era aquello.
Sí, es divertido adquirir experiencias inesperadas. La locura del momento, el no pensar y tan solo dejarse llevar. No sería quien soy si no fuera por eso, pero también resulta realmente matador.
¿A quien llamar si me pasa algo? ¿a quien si quisiera un abrazo? o si tan sólo una taza de chocolate y hablar.  Sólo yo y mi vacío haciéndose a cada beso insensato, más grande.
Cuando se pierde la fe en la humanidad, en el amor y en la vida, ¿qué nos queda? Y eso es todo lo que realmente siempre he tenido, pero que ahora vengo a saber que no tengo.


lunes, 8 de diciembre de 2014

Las ciudades son frías.

Últimamente parece que se vive más para trabajar que para vivir. 
El propio hombre olvida que necesita naturaleza, paz y tiempo para coger aire fresco. Espirar estrés, inspirar vida.
¿Lo habéis notado? Somos una sociedad llena de personas que mayormente no aman lo que hacen. Que hacen lo que creen que deben hacer pero no lo que realmente les gustaría. Así normal que el mundo esté lleno de miradas vacías. Porque es un mundo dónde el trabajo es sólo una herramienta para tener algo con lo que poder llenarse la boca o para tener unas buenas vacaciones una semana al año. Y el resto de los 358 días, ¿qué?
Cada uno es libre de hacer lo que quiera con su vida. Conformarse o revelarse.
No, no me malinterpreten. Estudiar, conocer, saber, hay que hacerlo. Es más, la curiosidad lo sabe.
El trabajo es un gran invento, no digo que no. Hay que dedicarse a ello pero sin permitir que la mayor parte de nuestros días de vida estén cotizados en cosas que no nos hacen felices o que no nos dejan tiempo para serlo.
Debería preocuparnos que a estas alturas no sea extraño que alguien viva para trabajar. Y que el futuro pueda llegar a ser todo lo frío, vacío y pobre que el presente alerta.
Necesitamos verde, necesitamos espacio, necesitamos vivir por vivir, conocer por conocer, hacer por querer, trabajar más por vocación y menos por dinero.
Necesitamos cambiar nuestra forma de pensar.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Se olvida.

Hay días en los que estoy casi segura de que al fin se ha ido. Te lo juro, hay días en los que lo creo. Otros parece que vuelve con disimulo, pero dejándome con la incertidumbre de si lo hace por un rato o para quedarse. Ya no estoy segura. A veces me da la sensación de que quizás lleva tanto tiempo ahí que ya no la siento aunque esté, que no noto como me absorbe mientras lo hace. Intento comprender el por qué de sus visitas inesperadas, darle un sentido al insomnio que las acompaña. A este palpito desenfrenado que poco a poco me desgarra el aliento.
Quizás sea como el ruido que resuena y se olvida cuando lleva mucho tiempo sonando. Puede que sin darme cuenta haya asimilado que es parte de mí y yo de ella.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Lo que diferencia quien sí de quien no.

No puedes pedirle al frío que llevo dentro que olvide su pasado en dos besos. Ni mucho menos esperar que se apoderen mariposas de mis sueños. No puedes, no por el hecho de que eche de menos las manos que alguna vez me rozaron, sino precisamente por haber aprendido que amores que rocen muchos, pero que respondan sujetando al dejarse caer, pocos. Y ya no es sólo una cuestión de confianza, afinidad, o de mutuo altruismo. Ya no es si quiera el físico, o la mentalidad. Ahora quizá sea ese algo más que no se puede improvisar. Esa cosa que no sabemos que es pero que en cuanto la sentimos la reconocemos. Lo que diferencia quien sí de quien no. Las palabras que creeremos sordamente de las que evitaremos. Las tardes de quererse inevitablemente de los encuentros infortuitos con el huidizo disimulo. 
No amor, no le eches la culpa al hielo de no poder amar al fuego sin haber comprendido primero que el hielo también puede quemar.


lunes, 24 de noviembre de 2014

Now I feel different.

Esta noche ha sido como fue aquel noviembre, pero menos dulce. 
Llovía. Sujetaste mi mano y corrimos. Aún recuerdo tú tacto como si hubiera pasado ayer, como si aún no fueras parte del pasado. Qué rápido pasa el tiempo. 
Desde que no estás me he estado conociendo, y no me caigo tan mal, al revés.  Me noto diferente. Ya no soy aquella ignorante que huía del agua sin saber que de lo que en realidad debía huir era de la persona a la que le dejaba sujetar sus miedos. Ahora sé que hay que atreverse a bailar bajo la lluvia.
Distinta no porque tú no estés, sino porque a pesar de todo, creo que perderte ha servido para ganarme. 

martes, 18 de noviembre de 2014

Demasiado olvido almacenado en mi pecho.

Era noviembre y era el fin. Incontables días antes de aquel, había percibido que era cierto aquello de que las historias con finales felices eran historias sin acabar. Y que la nuestra también acabaría. 
Después de haber vivido momentos que nos habían impregnado de una felicidad que parecía eterna, nos llegó la parte del cuento que nunca se cuenta.
Rompieron las olas y nuestros reproches. Los gritos inundaron todo lo que alguna vez nos habíamos esforzado en construir. La rabia deshizo nuestros castillos de arena. 
Me gustaría llegar a comprender como el ser humano es capaz de sentir tanto odio y tanto amor a la vez. A veces pienso que era fruto de saber que nuestras diferencias nunca nos permitirían amarnos como en aquel entonces nos hubiera gustado hacerlo. 
Tras sentir como todo se desmoronaba, lo hice yo. Silencio. Miradas de desconsuelo y una vez más ese mismo pensamiento recorriéndonos; "no se como puedo seguir queriéndote, pero lo hago".  
Le miré con la ternura del que observa unos ojos lo mejor que puede porque es consciente de que tarde o temprano dejará de hacerlo. Intentaba que las lágrimas no impidieran que mi mente escaneara aquel momento. Sabía que el dichoso final se acercaba, pero aún así sentía que no estaba preparada para asimilarlo.
Me besó, le besé, nos besamos. Lo hicimos con toda la energía y pasión con la que no lo habíamos hecho nunca antes.
Volví a llover mares cuando se separaron nuestros labios. Aquel beso había sido sincero, pero también aquel beso me había sabido a finales.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Empty.

A veces no somos tan felices como aparentamos cuando estamos rodeados. Callamos demasiadas lágrimas. Demasiados sentimientos encarcelados. 
¿Sabes? no hay peor sensación que la de sentir que te han sustituido mientras tu sientes que sigues en las mismas. Intentando aprender a dejar ir todo lo vivido mientras a ti ya te han dejado en el olvido. Duele demasiado. Sobretodo cuando tu día a día se basa en recordarlo, en comparar no la relación que tenías con esa persona sino lo que te hacía sentir y vivir, con las que no son capaces de hacerlo. Y sobretodo darte cuenta por ti mismo de que dificilmente aparecerá alguien que la supere. Soledad. Creo que es la segunda palabra que más ha retumbado en mi mente estos meses después de su nombre. En realidad no era feliz a su lado, pero al menos tenía una razón para intentar serlo, para vivir. Ahora me doy cuenta de que no tengo ninguna, de que quizás ni si quiera desee volver a tenerla, porque en una sociedad como esta, escuece.
Una vez, alguien con más experiencias que yo me dijo que si no tenías una razón de ser, no tenías nada. Vacío. Quizás eso sea todo lo que me queda.


jueves, 6 de noviembre de 2014

"The movement you need is on your shoulder."

Hubo un tiempo en el que me palpaban y se me paraba el mundo. Me envolvían en un hechizo que aún sigo sin haber llegado a comprender del todo. Que me hacía no poder escaparle. Después vino otro, sin saber como, en el que todo eso se desvaneció, se marchó. Hey Jude, don't be afraid. Quizás sea como el aire que está ahí aunque no lo veamos. Quizás sea como cuando sin esperarlo nos sorprende con su ráfaga de viento. Quizás sea sin querer algún día, o queriendo. De momento es como si ese sentimiento se me hubiera ido a por tabaco para no volver. For well you know that it's a fool who plays it cool by making his world a little colder.
Ya no interesa anhelar que vuelva. Ya no busco un alma que encaje con la mía. Si soy una persona dura es porque ya me han roto antes y no al revés. Si hubieras estado estos años en mis zapatillas lo comprenderías. Entenderías eso de preferir ser sólo uno y la soledad. Porque cuando se trata de encontrar el amor menos suele ser más. Y que si te caes debes ser tú mismo el que se levante aunque ya no tengas piernas sobre las que hacerlo, porque nadie vendrá a ayudar sin querer algo a cambio, o queriéndolo.  The movement you need is on your shoulder.
Será que me hice a la idea de que no tengo porqué buscar ahí afuera alguien que cuaje con todo eso que tengo dentro. 

domingo, 26 de octubre de 2014

"Will tear a hole in you, the one you can't repair."

No he visto pasar tantas estaciones como lo han hecho otros pero si las suficientes para saber que la vida camina demasiado rápido. Y que cuesta seguirle los pasos si te descuidas, tal y como me ha pasado desde que te eché de mis días. 
Nos encontrábamos en el otoño de nuestra relación,  llevaba demasiadas tristezas sujetando tu mano y tocaba que te mudaras de mi lado. En realidad es como si todo hubiera ocurrido ayer. Como si este otoño fuera el mismo que ese en el que nos dejamos de querer. El mismo en el que sonaba aquello de"I wanna love you" mientras tu mirada me iluminaba la noche después de habérmela hecho llover. Pero que feliz me hacía sentir tus brazos calmándome después de la tormenta.
Sí, es cierto lo que siempre he dicho, que a tu lado sentía frío. Con cada estupidez que hacías, se me granizaba un poco el alma, pero desde que no estás ni si quiera la siento. Quedó enterrada entre tanta escarcha. 
Y los escalofríos vienen de vez en cuando, apoderándose de mi cuando pongo los pies en la tierra y me doy cuenta de la verdad, esa que me hace saber que nunca te volveré a ver de la forma en la que solía hacerlo. Ni de ninguna.




viernes, 17 de octubre de 2014

Frío.

¿Sabes? después de habernos acostumbrado a que nos quieran mal, sospechamos que todo el mundo tenderá a hacerlo igual. Desarrollamos casi sin querer un mecanismo para encontrarle los fallos a todo aquel que quiera tenernos a su lado. Casi sin darnos cuenta nos vamos enfriando. Lo callamos, huímos. Y sólo se da cuenta nuestra voz interior de lo que nos pasa. Esa, la que peor nos habla. Quizá es parte de esa manía que tenemos los corazones apagados de temer que vuelvan a saquearnos lo poco que nos han dejado.
Al principio todos somos muy ilusos, muy crédulos. Después, cuando aprietan el gatillo y sufrimos las consecuencias de haberlo sido, todo cambia. Le damos la vuelta a la tortilla por completo, pero mal. Ya no nos permitimos sentir, ya no nos fiamos. Ayudamos a matar al ápice de ilusión que sobrevive y con ella a nuestra propia alma. Ya sólo vemos esa mano que han bajado más de lo que debían, o esas intenciones que olvidan preguntarte como te ha ido el día. Nos vamos dando cuenta de lo que es el amor y de lo que no. De lo que lo diferencia del sexo. De lo difícil que es encontrar algo valioso y de que seguramente valga muchísimo más la pena estar sólo que con un corazón que nos haga sentir más congelados de lo que ya estamos.

lunes, 13 de octubre de 2014

"Te quieros" detinados al fracaso.

A veces me da por preguntarme qué hubiera pasado si hubiera aguantado más tiempo a tu lado. 
Quizá sería otra persona muy diferente a la que soy. Otra persona que hubiera seguido pensando que te conoce como a la palma de su mano,  sin saber que hay partes de esta y de sí misma que ni si quiera imagina.
Al elevar la mirada y cruzarnos con la casualidad, nos miraríamos. No como ahora. Sé que no soy la única que recuerda que alguna vez estuvimos en una misma cama, lamiéndonos los escalofríos. Haciéndonos uno, pasando los domingos. Sin agachar la cara, sin fingir ser dos desconocidos.
No sé cuantos besos no nos concedimos por haber elegido deshacernos de aquello a lo que alguna vez le dimos sentido. Por arrugarlo y tirarlo al olvido. Prendiéndole fuego a lo vivido. Desintegrando cada gesto de cariño. Ya sólo quedan cenizas que de alguna manera siguen quemando. Podría haber estado arropada por tus abrazos en lugar de por este frío que me abrasa. No estaría en mí este hueco vacío en el que ya nadie tiene sentido. No de la forma en la que solías tenerlo tú. A lo mejor nos hubieramos ahorrado sentir que no encajamos en labios extraños. Todas las noches en vela. Todos los sueños de volver y revolvernos la ternura que enterramos. 
Dicen que fuimos como han sido otros tantos; "te quieros" destinados al fracaso. Amores arruinados. Quizá es porque todos somos un poco la misma historia pero contada de distinta forma. No sé. Hay momentos en los que me gustaría volver atrás y saberlo. De echar de menos y de no asimilar que las cosas puedan cambiar tanto en tan poco tiempo. Momentos en los que  habría echado abajo todo lo bueno y grandioso que tengo. Incluso, renunciar a lo vivido por haber seguido en la cárcel de tu cuerpo. Por tan sólo haberlo sentido una vez más, y no sentirme inmensamente acompañada pero sola. Momentos en los que intento entender por qué te sigo recordando si soy consciente de que a tu lado jamás habría encontrado toda la felicidad que he hallado desde que no estás.



miércoles, 8 de octubre de 2014

Huir.


Hay días en los que cuesta elevar la sonrisa y estirarla, como hoy. Supongo que soy como esas personas que se han cansado de que jueguen a quererlas como si no lo hicieran. Así, a medias. Porque hiere aunque digan que eso no es lo que pretenden. Aunque yo tampoco lo pretenda. Inevitable.
Es una mirada que desnuda, del tipo que si me busca y me encuentra, ya me hace no poder dejar de perseguirla por más que así lo quisiera. Se me clava en lo profundo de alguna parte que creía olvidada, me escuece el vacío y duele. Duele bastante, pero al menos sé por unos instantes que en eso que creía muerto, hay vida. Debo entonces recoger todos los sentimientos que he ido dejando tirados por sus besos y hacer lo que otras tantas veces he hecho, lejos.

martes, 7 de octubre de 2014

Habla con desconocidos.

Hay tantas personas que tienen vida pero que no saben usarla.
"No hables con desconocidos" dicen. ¿Por qué no? Digo. ¿Habrán pensado antes de decirlo sobre el qué sería de la humanidad y de nosotros mismos si nunca nos hubieramos atrevido a hacerlo? si nunca hubieramos preguntado un nombre a una persona al azar.  Soledad.
Romper el hielo, lo establecido, la estúpidez. Hipócrita quien finja no querer hacerlo.
Porque a veces coincidimos sin más y parece que hacemos como si quien está ahí y su historia, no estuvieran. Desviamos miradas. Fingimos leer el whatssap con interés y esas cosas que ya sabes.
Podríamos hacer el mundo un poco menos frío, sólo hay que saber a quien hablarle siendo consciente de que se le puede hablar a todo el mundo.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Pónme una canción de amor caducado.

"I don't believe anyone as they crawl out of my way."
Me han deshojado el árbol de las ilusiones tantas veces que ahora temo que este no sea de hoja perenne. En el fondo sabia que volvería a pasar. Que eran más mis ganas de encontrar en quien pensar al sonar cualquier canción que las ganas de hacerlo bien, y qué mal. Yo también parecía de acero, o me lo hacía, no sé. Supongo que todas tratamos de ser hierro hasta que llega alguien capaz de fundirnos, y pasa lo que pasa. Nos derretimos sin saber bien si por quien lo hacemos merecerá la pena. ¿Lo vuestro es amor o son siempre ganas de follar? Pues que bien se os da fingir mientras nos hacéis gemir, cabrones. 
¿Habrá alguien por quien merezca la pena hacerlo? fundirnos, derretirnos, ser nosotros mismos. Porqué si no lo hay, que mundo más vacío. 

viernes, 26 de septiembre de 2014

Does he know when you're sad you don't like to be touched? Let alone kissed.


Corazón, ¿por qué finges? ¿Por qué finges estar bien cuando en realidad no lo estás? ¿Por qué dejas que te asfixien sus abrazos si ya sientes que no puedes respirar? No deberías permitir que te hablara más alto de lo que le has permitido a nadie jamás. No llores estando conmigo ni estando con la soledad. Dile que se vaya. Qué ya no merece tu amor más. Qué lo que tú mereces debe ser algo mucho mejor. Levanta la sonrisa. No la dejes caer ni te digas que así estás bien porque "podrías estar peor". Porque también es cierto que podrías estar mucho mejor estando sola que con un hombre que no sabe lo que significa "querer". No seas como esos estúpidos que confunden el amor con el dolor. O lo relacionan. No tienes que soportar nada de nadie. Nadie tiene que soportar nada de ti. Dile que te vas porque un día llegara una persona a tu vida que sepa que estar al lado de alguien cuando se debe estarlo, no es soportar, sino otra cosa que jamás entenderá.
Despidete de sus besos aunque pienses que nunca más volverás a saborear unos tan dulces. ¿Es qué no sabes que comer de una manzana envenenada termina saliendo mal?
Se fuerte, ya llegará quien te enseñe que amar es dar mucho más que toda esa mierda que hasta ahora te han dado.
Pero sobre todo sonríe, qué estás más guapa.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

"Tú no, tú estudia" (Cupido)

Hace tanto que Cupido no me tira flechas, que ya no recuerdo como era aquello de estar flechado. A lo mejor he agotado mis intentos de enamoramiento con las personas inadecuadas y ya no me quedan más. Ahora parece que en lugar de tirarme flechas, tan sólo me tira tomates. Diría que se ríe de mí y que el amor es un juego de niños, pero a lo que todos suelen jugar no se le puede llamar amor. En realidad los chicos malos no son los atractivos, lo es la emoción que conllevan. Pero por llevar, ya no me dejo llevar por ninguno. Ni bueno ni malo. Y qué triste que el que me haga verme reflejada en sus ojos con dulzura sea el mismo que no sepa que a una aventurera no se la puede entretener sólo con historias vividas, que también hay que hacérselas vivir. El amor es una droga y quizá cuando te desintoxicas de ella tanto tiempo, cuesta volver a engancharte. Quizá por eso le huyo tanto sin querer. La realidad es que cuando un cuerpo olvida como era aquello de que el rozar de una piel herizara la suya, es imposible volver a caer. Hay veces en las que echo de menos el hecho de poder acordarme de como era sentirlo y que me hicieran temblar. La mirada de deseo, el deseo de querer más. Pero podría ser peor, podría haber perdido todo este tiempo con un gilipollas.


viernes, 19 de septiembre de 2014

Habitar sólo en hogares.


Tienes que marcharte lejos de tu hogar para entender lo que significa tener uno.
No, hogar no es sinónimo de casa. Casas hay muchas, miles. Llenas, vacías. Rosas, verdes, amarillas. ¿Mis favoritas? las blancas con vanos azules.  
Sin embargo el hogar no se encuentra en todas partes. En casi ninguna. El hogar es calor, es comodidad. Son risas e intimidad. El hogar es confianza, recuerdos y silencios agradables.  Es el poder ser tú mismo sin temor a que nadie te diga nada por serlo. El hogar son las personas. Las que quieres, las que te han hecho o te hacen ser quien eres. Ohana. La casa es dónde se hábita y el hogar dónde se vive.
Y cuando te despides de esos seres y te vas, quizá, en busca de otros hogares, no sólo lo haces sabiendo lo difícil que será encontrarlos, sino sabiendo también que si vuelves a los que dejas, ya no serán los mismos. Una casa también cambia, pero no tanto ni tan rápido. Y dirás que raramente notas que las cosas de tu vida cambien, y te diré que todo cambia y sigue igual cuando no te marchas de un lugar. Pero si lo haces y vuelves, lo notas. Notas los cambios, notas la desigualdad. Las personas cambian, todo cambia. Porque el cambio es la esencia de la vida. Lo bueno es que aunque todos esos hogares cambien, nunca olvidan. 

martes, 16 de septiembre de 2014

Thursday, never looking back.

Algunos labios tienen peligro. Lo supe cuando le vi elevar los suyos mientras en mi mente comenzaba a sonar aquella gran canción de The Cure. I don't care if Monday is blue, Tuesday is gray and Wednesday too. Él sonreía y yo temía cortarme con el filo de su sonrisa, pero qué bonita. La verdad, no me hubiera importado acercarme más hasta que los que se hubieran cortado hubieran sido mis miedos. Es fácil caer rápido ante los encantos de una boca que sabe lo que dice. No esperaba que pasara. No planeaba que moviera ficha y terminara logrando hacerme un jaque mate a mi parte más helada. Pero nada ha podido evitarlo, ni si quiera yo. Su mirada me la ha empezado a derretir. Pasó en uno de los instantes en los que me miró, habló, hablé, sonreí y sonrió. Thursday, I don't care about you. Cuando la compañía es buena, las piernas tiemblan. Temo volver a temblar si le tengo cerca y que lo note. Pero, ¡qué demonios!, It's friday, I'm in love.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Desmaquillar los tópicos de la vida.

¿Sabe? Perfección y belleza están indiscutiblemente ligados. Sí, sí, ya he dicho que usted lo sabía.
Pero deténgase, piénselo mejor. 

Si el mundo fuera perfecto no tendríamos nada que hacer. La economía se iria al garete; ¿A quien le venderían los batidos de proteínas? ¿Qué sería de los gimnasios? De las peluquerías o de las marcas de ropa que se forran vendiendo prendas que hacen milagros. O de todas esas otras empresas que venden cualquier cosa para hacernos más guapos. ¿Lo ha pensado? pero no sólo se centre en nosotros, en lo físico. Quitemos el egocentrismo habitual y vayamos más allá. ¿Qué pasaría si nadie necesitara electricistas? ¿Qué pasaría si no tuviera que comprar cada mes esa dichosa bombilla que se gasta cada dos por tres? Si los objetos fueran tan perfectos que perduraran en el tiempo. No haría falta renovar nada que comprase, ni ropa, ni zapatos, ni... todo se iría al garete, TODO. Si el mundo fuera perfecto, solo nos duraría unos pocos días.


Además, sería tan aburrido. ¿De que nos quejaríamos entonces? ¿De que chirriarían los viejillos que se montan tertulias callejeras? ¿Qué criticarían las señoras que no tienen nada más de lo que hablar? Si fuera un mundo perfecto, si todo sucediera como tuviera que suceder, ¿cuantas cosas no aprenderíamos por hacerlo mal? por equivocarnos. Medítelo, adelante.

Todo  nuestro mundo gira entorno al intento de alcanzar la "perfección", "la belleza de las cosas" pero si la tuviéramos, ¿qué demonios haríamos después? ¿Entiende lo que le digo?

Quiero que piense en la belleza y la perfección, en aspectos generales. Es decir, no sólo la conocida en estos tiempos si no la belleza como ya se la han planteado otros (filósofos o no filósofos). El saber, lo natural, la verdad. 

Porque la belleza y la perfección son todas esas cosas también, no se olvide usted de eso. Ni de que cuando intentamos alcanzarla, pierde su esencia. Mire si no a las que se operan siguiendo un esquema erróneo. Cuando las ve con esos flamantes senos como globos mal hinchados listos para exhibirse ¿realmente cree que es algo natural? ¿Realmente ve belleza en eso? Cree que una mujer (o un hombre) con complejos se juegue la vida en un quirófano para cualquier tipo de operación que la acerque a esa idea absurda, ¿merece la pena? Si lo cree así, quizá, usted y yo, no nos llevemos tan bien.

Y ya no es belleza, ni mucho menos perfección, es un intento estrepitoso de conseguirla que deja claro la falta de amor propio. Algo que considero más valioso y perfecto que lo que puedan pensar de uno mismo por no ajustarse a los ideales.

Quererte, aceptarte tal y como eres. No necesitar nada más que lo que tienes. La belleza, la confianza en uno mismo. La verdad, encontrar palabras sinceras en alguien. La naturalidad, la vida y el saber vivirla con sus fallos y sus espinas. El interesarse en conocerla y reírse al darse cuenta de que por muchos intentos que se hagan, nunca se sabrá lo suficiente de ella. No saber como tomarse las cosas y elegir hacerlo con humor. Esa, esa es la verdadera perfección.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Hurgar en el pasado es tropezar con el presente y por ende, empezar el futuro con mal pie.

No me hables de tu pasado si lo que vas a decir está relacionado con las personas con las que has estado. Descuida, que yo tampoco hablaré del mío. Hurgar en el pasado es tropezar con el presente y por ende, empezar el futuro con mal pie. No es que no quiera saber nada de ti, sino que precisamente, quiero saber todo lo posible. Y está demostrado que hablar de esa parte de lo vivido hace que las inseguridades echen el freno a continuar queriendo conocer más. Miedos tontos quizá. El pasado, qué no está, pero que si se nombra no deja florecer a lo que sí. Entiéndeme, es por nuestro bien. ¿Qué pensarías si yo te hablara de alguno de los hombres que ha rozado mi piel? pues eso. No necesitas saberlo, yo tampoco. A mí también me hubiera encantado ser tu primera, pero con el paso del tiempo vas comprendiendo que ser la última persona en la vida de alguien es de las mejores cosas que te puedan pasar. Mucho mejor que ser el primer recuerdo de unas caricias que le hicieron sentir humedad. Así que no me des detalles, ni fechas, ni lugares. Sólo dime lo justo y necesario. Ni más de lo que creas que necesite saber, ni menos. Tampoco quiero ser ni que seas misterio, pero pasa que sencillamente hay cosas que no es necesario conocer. Piénsalo. Podría dejar todo mi pasado atrás, enterrarlo y olvidarlo si tan sólo viera en ti la señal. Si también estuvieras dispuesto a hacerlo. Sería bonito, sería real.
Podríamos ser como esos dos que se callan toda la pasión que han vivido porque sienten que toda la vida que quieren recordar empezó el día en que se conocieron.





viernes, 12 de septiembre de 2014

"So I'll wait for that date."

"Abre los ojos y anda con cuidado si buscas un enamorado" me decían. Con el tiempo comprendí que por ese camino sólo se sabe andar con cuidado cuando ya se ha tropezado un par de veces, o más. 
Luego están esos que disimulan los tropiezos y se quedan encajados en la misma piedra. Pobres estúpidos. ¿Los has visto? El amor es de todo menos conformarse. "¿Y cuando puedo saber que es amor?" No lo sé, eso lo sabrás tú cuando lo sientas. Pero tampoco creas que lo sentirás en ocho segundos.
Siendo sincera siempre he pensado que el amor es magia. Qué si no la hay, no lo es. Qué será otras tantas cosas, menos esa. En realidad no es la persona sino eso lo que no se planea, ni se busca, ni se piensa. Sentir un halo así con alguien es lo que todos queremos y lo que no todos conseguimos. Supongo que será porque es la única cosa que no podemos hacer que suceda. Qué si lo hace, lo hace sin más. Es química, física y un no sé qué que vete a saber que será. Quizá, las ganas mutuas de que así sea. No sé, mil cosas a la vez. Y las casualidades.
Lo que no entiendo es como existiendo la posibilidad de vivir algo así, hayan personas que no esperen por ella. Que elijan quedarse con cualquiera. Será que piensan que no merecen una sensación mejor. O que no la esperan porque lo que ven en la gran pantalla lo ven como una gran leyenda urbana que nunca se ha podido llegar a comprobar. El tipo de persona que te dirá que el amor es un absurdo y que culpará a las películas de las altas expectativas que tenemos algunos.
Con lo maravilloso que es no poder dejar de reírle las miradas a alguien.Y corretear de la mano por cualquier calle como si se llegara tarde a alguna parte pero sin hacerlo. Sin importar nada ni nadie. Ni lo que piensen o digan de dos locos que ignoran al mundo entero por vivir en el que se han fabricado.
Sí, tienen razón. La vida no es como una película, por eso cuando alguien nos hace sentir como si lo fuera, nos gusta tanto.

sábado, 6 de septiembre de 2014

No seas ese alguien.

No me lo nombres más. No me cuentes dónde lo has visto ni con quien, no quiero saberlo. O sí, no sé. Es extraño. Supongo que es inevitable sentir esa necesidad de saber como le va la vida a alguien que antes formaba parte de la tuya. Pero saberlo me hace daño, así que cállalo. Pensarás en lo triste que es ver así de separadas a dos personas que antes estuvieron tan juntas, lo sé. Yo también lo pienso. Me lo notarás en lo que callo y en lo que te pido que no digas. Al menos, cuando yo esté delante. No, no es que le siga queriendo, pero no lo hagas. ¿No lo entiendes? Mira, su recuerdo es como ese sonido molesto al que te acostumbras cuando lleva mucho tiempo sonando. El mismo sonido molesto que olvidas que está retumbando en tus oídos, hasta que alguien te lo recuerda. Sólo te pido que no seas ese alguien.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

—Te quiero. +Yo más. —¿Y mejor?

 La última vez que escuché su voz, ya no era él. Lo hice tan mal porque de haberlo hecho como de verdad quería, no habría sido capaz de marcharme de su lado. No con su mirada intercalándose en mi alma. 
Sé muy bien que si me hubiera ido a buscar pidiendo una milésima oportunidad, yo sin dudarlo se la habría vuelto a dar. Pero no lo hizo. 
A mis manos les costó marcar aquel número que sin saber como ni cuando, he logrado olvidar. 
Él ya sabía porque le llamaba y yo ya sabía que de aquella llamada no podría sacar nada que me diera el equilibrio suficiente como para continuar en aquella relación fonambulista.


Es difícil explicarle a alguien las razones por las que sientes que no funciona sin mencionar al intentarlo nada que pueda resultar hiriente. Creo que de alguna forma le destrocé;
—Estás cosas deben surgir solas, deben resultar sencillas. Si cuestan tanto es que no...
—Ya lo sé... pero te quiero, nos queremos, ¿no basta con eso?
—No...

No es que los te quiero estén vacíos, sino el vacío que sientes cuando te los dicen, el que te hace saber que algo está fallando.

No tardé en sentir el eco ni en darme cuenta de que daba igual las veces que dijera que me quería, había demostrado no saber hacerlo.

sábado, 30 de agosto de 2014

Todos los principios siempre cuentan la misma historia.


 ¿Cómo lo hacemos? cómo lo hacemos para ser tan ingenuos como para prometernos no volver a serlo y casi sin darnos cuenta, volverlo a ser. Intentar huir del peligro que supone darle una parte de nosotros a alguien por lo frágil que eso nos hace. Y que al empezar a correr lejos nos tropecemos con que sin saber como, ya lo hemos hecho. Ya le hemos dado algo que no le damos a todo el mundo, ya nos sentimos débiles. No nos ha hecho caer pero ya vemos de cerca el asfalto. Inmóviles, sin poder alejarnos de todo lo que dice. Persiguiendo sus palabras y buscando descifrarlas. Dulce tortura. ¿Por qué somos así? ¿por qué nos gusta tanto sufrir en una mirada? Ver en ella sinceridad a sabiendas de que son pocas las personas que la dan. Porque lo realmente valioso es la verdad y que ni si quiera podríamos estar seguros de que vamos a tener la suerte de que esa será la persona que nos la dará. Odioso se vuelve sentir algo parecido al amor sin saber por qué. No lo buscas, no te buscan, pero ahí está. Dicen que si escuece sin más, es que está empezando a importar. Ya no somos capaces de marcharnos de la idea de quedarnos y que se quede siempre. No lo sabe, no sabe que así lo sentimos, no sabemos si así lo sentirá también. Hemos vuelto a caer en la ilusión. Y qué estúpido vivir pensando que hay cosas que duran lo que dura una vida. Y que bien se siente el aire rozándonos al caer. Y que duro es pensar que no nos recogerán en mitad de la caída, y que nos romperemos contra el suelo, una vez más. No ha pasado, pero desde el segundo en el que intentamos huir y no podemos, tememos que pase. Porque estamos hechos de dudas y de sentimientos que sin quererlo, nos acorralan y desvalijan ese duro caparazón que los daños nos han hecho construir ahí, dónde guardamos el corazón. Maldita mirada que todavía no ha dado. Maldito buen gusto musical. Maldita estúpida chica ilusa.




La manía de ir recordándo el pasado según las fechas del presente en las que ocurrieron.

Basta que digas que has olvidado a alguien para que todo el universo trate de recordártelo.
¿Sabes? si alguien actúa como si nunca hubiera tenido amor, no es porque lo oculte como a un tesoro, sino porque realmente nunca lo ha tenido. Igual hace un mes me hubiera parado a escuchar todas esas cosas sobre él que de alguna forma llegan hasta mí. Me hubieran dado ganas de huir y no hubiera dejado de pensar en otra cosa durante otro mes que no fuera él. Pero no. Ha sonado Skinny love y no me ha hecho falta cambiar la emisora. He decidido mantener vivas en mi memoria todas esas cosas que ojalá nunca hubieran pasado pero que tantas ganas me dan de no tenerlo nunca más a mí lado. Y porqué no admitirlo, también lo enriquecedor que me dio. Porque todo ser que pasa por nuestra vida, sea bueno o sea malo, nos aporta algo. Parece que llega un momento en la vida en el que sin saber porqué, te cansas de sentirte vacío. Sabes entonces que es hora de beberse la vida con ganas, de bailarla y cantarla. Que lo pasado está bien dónde está y revolverlo al presente está de más. De dejar ir a lo que no deja avanzar y abrir camino a todo eso que sí. Hora de despedirse de lo que uno fue, para empezar a sentirse como quien uno es.
















jueves, 21 de agosto de 2014

Así son las desilusiones.

Peor que culpar a los hombres por ser como son algunos a veces, es culparse a una misma por no haber sabido elegir al adecuado. 
Pareces buen chico, en otra vida no renunciaría a una oportunidad para salir contigo, pero esta vida no es esa. Lo siento si has podido pensar que podríamos ser algo más que un entretenimiento, pero yo normalmente no soy así. O sí, ya no sé. Hubo una vez no muy lejana en la que andaba por las calles con los pedazos y las penas al aire. Alguien se molestó en recomponerme, no importa quien, sólo que juro que lo haría por el resto de su vida. No sé porqué, pero le creí. Y ya imaginarás el resto. Bastó un segundo de despiste para que me diera la espalda. Un segundo para que volviera a mirar y él ya no estuviera. Mis pedazos cayeron y se multiplicaron. Ya no hay quien me pueda recomponer de tanto daño. No tengo la ingenuidad suficiente para creer que alguien será capaz de hacerlo y quedarse. Ni ganas de comprobarlo. Ya no.
Así son las desilusiones, te muestran la realidad tal cual es y te hacen querer tapar las ganas de verla de cualquier otra forma.
No me odies, si pudiera elegir no ser así, lo haría, pero no puedo.


lunes, 18 de agosto de 2014

Hay que saber en quien invertir lo poco que se tiene.

Ese imbécil me había vuelto a dejar tirada una vez más y sólo se le ocurría llorar y pedir disculpas arrodillándose ante mí, como si eso fuera a cambiar algo.
A decir verdad podría haberlo logrado con un sencillo: "no te vayas y yo tampoco lo haré." Pero no me quería lo suficiente como para que se le ocurriera sugerirlo.
Ya estaba tan acostumbrada a las decepciones que no me sorprendía una más. Imagínate si fue tan poca la sorpresa, que le di mis mejores palabras y un: "no te preocupes, no pasa nada." Quizá sólo quería que se callara hasta que llegara el autobús porque escuchar el silencio me parecía más agradable que escucharlo a él. Pero no paraba. Le sequé las lágrimas y le consolé. Me había roto las ilusiones una vez más y estaba acariciándole la cabeza como si no lo hubiera hecho. O como si de verdad le doliera ser tan gilipollas. Que tonta fui.
Diría que si estaba llorando no era por esa decepción, sino por todas. Porque se estaba empezando a dar cuenta de que me estaba perdiendo. Nunca dejó de hacerlo, pero supongo que hasta entonces no se había percatado. Siempre hacía algo para ganarse el perderme. Creo que es la única cosa en toda su vida que no le habrá gustado ganar.
Igual te lo niega y te dice que le dejé por irme con un negro con la polla más grande que la suya, no sé, muchas cosas de las que sólo algunas pocas no serán invención de su imaginación. No sabe que por mucho que diga, la realidad siempre será la misma. Y eso no puede cambiarlo aunque intente ocultarlo.
Dile que no se olvide de todas las veces que la fastidió y le dije que le dejaría, pero no lo hice. Dile que aunque le cueste asumirlo, si le dejé no fue porque el problema fuera que hubiera otro. Algo peor, que el único problema siempre fue él.
O mejor, no le digas nada, ya se dará cuenta cuando nadie le aguante tanto los berrinches como yo lo hice.














sábado, 16 de agosto de 2014

No deberías haberte hecho ilusiones, eso nunca sale bien.

Dime cobarde pero no me mires así, chico. He dejado que toques mi cuerpo pero no mi alma. En realidad no es culpa tuya, sé que tus caricias mientras te tenía dentro eran reales, que los abrazos no los dabas por dar, que había algo que con cualquiera no lo hay. Sé que si nos hubiera pasado en la época en la que era otra persona distinta a esta, lo hubieras logrado, hubieras rozado algo más que mis orgasmos. No me pongas esos ojos, ojalá pudiera creer en todo lo que tú ves en mí, en tu mirada de deseo y en tus manos llenas de caricias que aguardan una oportunidad para poder ser dadas. Ojalá, de verdad, pero yo ya perdí la fe en eso de amar. Y las ganas, no sé.
Las sonrisas en mitad del beso, las cosquillas, unos labios húmedos marcando mi cuello y el deseo de no querer a otra persona que no sea esa. Todo eso, yo ya lo he vivido. Supongo que es como esa película que siempre repiten cada año y que al final te cansas de ver. Ya sé que no me entiendes, quizá unos amores más adelante, con mala suerte, lo hagas.
Si me callé al escuchar tu respuesta cuando te dije que tu primera vez debía ser especial y no conmigo, no fue porque yo no me lo considerase, sino porque cuesta que alguien realmente roto se recomponga reviviendo la misma historia que alguna vez le destrozó, aunque se trate de otro protagonista. No deberías haberte hecho ilusiones, eso nunca sale bien.
Ha sido divertido, sé que volvería a equivocarme, pero no a cambiar de idea... porque amar, chico, eso sólo es cosa de valientes... 
...aunque por esta noche, si quieres, puedes quedarte.


viernes, 15 de agosto de 2014

Goodbye my lover.

¿Sabes? la primera vez que la escuché no dudé en que algún día se convertiría en el himno de nuestra historia. En esa canción a la que le es indiferente el lugar en el que estés, porque sea el que sea, si suena, inevitablemente te transportará a otro. Otro lugar, otro tiempo, otras sonrisas. Un olor,  una persona, y ese último beso de unos labios en los que hasta el morder se llegó a sentir como placer.
Lloré, no había pasado aún pero sabía que tarde o temprano pasaría, y que daba igual lo que hiciera por evitarlo porque no podría.

¿Has leído alguna vez las palabras de Esquilo? ¿Oscar Wilde, quizá?
Pienso en eso del señor que acoge en su hogar a un cachorro de león y que lo ama porque el felino acude con ojos brillantes a su llamada. El mismo que ignora eso de que el animal tarde o temprano mostraría la naturaleza de su raza, y que acabaría destruyéndolo a él, a su casa y a todo lo que en ella poseía.
Yo también me siento un poco como él.
Teníamos naturalezas distintas, estábamos destinados a que tarde o temprano el fracaso nos llegara, pero aún así no pude obviar amarlo.

No te sorprendas, quizá ya sepas que si no hay objeto para medir la estupidez humana es porque esta suele ser inmensa.
Abres en un parpadeo tus ojos, los cruzas con los suyos y desde esa primera mirada ya sabes que habrá una última, pero prefieres hacerle creer a tus ojos que no han visto lo que han creído ver, sino otra cosa. Otra cosa llena de unas geniales.
No es fácil asimilar que en realidad la persona a la que quisiste, existe, pero que sólo lo hace en tu imaginación. A mí me ha llevado a muchos meses de asimilarlo, a otros a la muerte.
Parece que el juego del amor es más importante de lo que estamos dispuestos a admitir, un poco más de estupidez que se suma a eso de lo que ya hablábamos.

Aunque no lo creas, volver a escucharla ha sido menos doloroso de lo que esperaba. De hecho, sólo he sentido que mi nivel de idiotez humana empezaba a descender un poco.
Me he dado cuenta, al fin, tras muchas noches de no dormir preguntándome si hubiera podido cambiar aquel desenlace de haberlo hecho todo de otra forma, que no hay que preguntarse cosas que siempre se supieron. Que la intuición raramente es la que falla, que quien lo hace, la mayor parte de las veces, somos nosotros mismos.
Y que basta que busquemos algo que valga la pena, para que no lo encontremos.
Ha estas alturas ya tendríamos que habernos dado cuenta de que todas las cosas importantes siempre aparecen cuando no las estamos buscando.
"Estúpidos."


jueves, 14 de agosto de 2014

Y salté.

A veces estamos pero no somos.
Estamos en un lugar pero no nos permitimos ser parte de él porque nuestra cabeza está en otro. Como si tuviéramos los ojos abiertos pero la mente cerrada a todo.

Hubo un día en el que logré detener los pensamientos que otras veces no muy lejanas habían hecho ríos donde era fácil ahogarme, y observé.
Veía mar, veía vida. Veía todo lo que tenía delante y me sentía parte de aquello.
Desde siempre me han dicho que vivir en el presente debería ser la única opción, pero no fue hasta ese instante que la elegí. Supe en uno de los 3.000 parpadeos de ese día que no sólo había entrado luz en mi mirada, sino también en mi mente.

Pasó allí, dónde sólo estaba yo, el agua y los acantilados de olvido que hasta entonces no me había atrevido a saltar.

domingo, 10 de agosto de 2014

Dreams like drug.


Han pasado muchos días desde ese en el que me di cuenta de que había un lugar en el que todo aquello que creía muerto, podía seguir viviendo. Desde entonces soy yo la que no vive, ni sale, ni ríe. Sólo me acuesto y le veo.

Siempre escuchamos por ahí eso de que el amor es una droga, pero no lo sabes bien hasta que te ves exprimiendo la única forma que te queda de tener un poco más de eso.

Mira, para que lo entiendas; ya desde pequeños buscábamos cosas que nos hicieran perder el equilibrio de la vida sin ser el amor o las pastillas. ¿Tu no fuiste de esos niños que daban vueltas sobre sí mismos sólo por la sensación que venía después? Pues es distinto, pero lo mismo.
Y cuando lo hacías y buscabas hacerlo, no pensabas en las consecuencias ni en el ridículo que podías hacer visto desde fuera, sólo querías sentirlo un poco más.
Ya no eres tú girando sobre ti mismo. Ahora es el amor haciéndote sentir mareos y tú tratando de que esa sensación, no acabe.

Luego es cierto que despierto y sólo tengo a mi lado a la soledad, acompañandome un día más.
Pero no me importa, porque por un rato puedo volver a verle dedicándome una sonrisa sin que el odio se la tape. Tratándome con el cariño que realmente me guarda bajo todo ese manto de indiferencia barata que ahora lleva puesto.
Es cierto, lo contrario al amor es la indiferencia, por eso sé que nunca me quiso tanto como yo aún le quiero.


sábado, 2 de agosto de 2014

Lo mejor a veces, es disimular.

Mucho nos tendríamos que fijar en el silencio de una mirada para escucharle de eso que se calla cuando casi todo lo que se siente, duele.
Quizá aún no te hayas dado cuenta, pero pasa que hay veces en las que es mejor que el resto no se entere de nuestras penas. Porque hay momentos en los que parece que el hecho de que las sepan hace que ya no puedan hacernos pensar en nada más, aunque así lo quisieran (y toda el agua que eso conlleva).
Porque quizá si los demás no lo saben, por un rato, nosotros tampoco. Como si porque el mundo ignorara lo que sucede, se volviera menos real.
Y podría no ser así. Contarlo. Desahogarnos las tristezas de lo profundo.
Y podría ser que fuéramos un poco más felices al decirlo. Pero para qué arriesgarnos si pocos son los que quisieran saberlo para ayudarnos y muchos los que quisieran saberlo sólo por enterarse.
Puede que disimular a veces, sea lo más razonable. 



viernes, 1 de agosto de 2014

¿Qué no nos pasó?

A veces sentimos hogar en los brazos de alguien. Y si se marcha es como si nos hubieran desahuciado. Otras veces pasa que no es lo que pasó lo que llevó a una pareja a la ruptura, sino lo que no; las cosas que podrían haberse hecho suceder, pero a las que sin embargo no se les prestó suficiente atención.

Y ahora, ahora es como si divagase por las calles pidiendo una limosna de cariño a cualquiera que me haga creer por unos segundos que no se ha ido, que sigue siendo él con la cara de otro. Pero ninguno de esos podría tapar las goteras que llevo desde que me hice invierno. Ninguno podría aliviarme el frío que se siente cuando te arropan unos brazos desconocidos como si no lo fueran. No se puede comparar el calor de un buen colchón, al del cartón.
En uno de esos ir y venir de soledades callejeras, veo a esas parejas que se endulzan la vida en público. Admito que no me molestaría verlos si no fuera porque a veces pienso que alguna vez, esos dos, fuimos nosotros.
Sí, a estas alturas de la película, lo dulce me empalaga. Y lo digo yo, una golosa.
La culpa es del tiempo, que me ha hecho aprender sin quererlo que algunos pasteles no saben como aparentan. Y sea por ello o no, pocas son las cosas que merecen ser degustadas.



martes, 29 de julio de 2014

Falsas ilusiones.

Obra de Carmen Calvo.
Coge tu cartera y saca de ella el primer billete que palpen tus dedos. Se tratará probablemente de un papel arrugado del que dará igual si tiene poca equivalencia porque la mínima ya será suficiente para que muchos se manchen la avaricia por tenerlo, aunque este estuviera lleno de estiércol.

Obsérvalo durante unos segundos.

¿Puedes imaginar por cuántas manos habrá pasado? ¿Cuántas huellas dactilares tendrá grabado? ¿Cuántos lugares habrá recorrido? ¿De cuántas otras carteras habrá entrado y salido? ¿A cuántos bolsillos de pantalones mojados por lavadoras de personas olvidadizas habrá sobrevivido? ¿De cuántas sustancias ilegales se habrá empolvado? ¿A cuántas personas habrá comprado? más que regalos, reyes, san valentines y chocolates juntos, te lo aseguro.

Así era él, como un billete que a saber cuantas mujeres habrían rozado. Sin destino ni lugar fijo. Siempre cayendo en las adversidades. En manos sucias que lo han arrugado tanto hasta convertirlo en lo que ves. Perderse hasta quedarse perdido le ha hecho aprender mucho más de la vida, de los límites que hay hasta caer en el abismo. Lo triste es que eso sea lo mismo que por muchas monedas que le den, le haga no poder cambiar lo que ahora es.

Huye, huye de su mirada. Huye de sus brazos como de la falsa idea que nos han vendido sobre el dinero. Huye, porque es ilusionante, e ilusión.




lunes, 28 de julio de 2014

Que no es el dinero, ni el lugar, ni el tiempo, que la vida son las personas.

A veces se nos plantean oportunidades para perder la vergüenza a ser nosotros mismos. Para atrevernos a ser héroes de personas que conocemos, o que no,  pero que aunque poca, necesitan ayuda.
Hay momentos en la vida en los que por alguna razón no sabes dónde te has dejado y decides salir al mundo a buscarte acompañado de tus ganas de volver a ser tú, cuando no quieres ser otro.
Así me pasó y así lo hice, y no imaginaba que al hacerlo que encontraría tanto y tan bueno.
Personas maravillosas con unas ganas de ser feliz que se les rebosa en la sonrisa. Humildad. Ganas de dar cariño y lo que haga falta. Unas cuantas familias improvisadas.

Nunca me gustaron las despedidas por el sabor amargo que deja la duda del no saber cuando volverás a ver a esas personas a las que les dices adiós (si es que tienes la suerte de volverlo a hacer).

A pesar de que hayan habido muchas de esas últimamente y seamos conscientes de que nos echaremos de menos, serán días soleados para todos. Y lo serán no por el tiempo, ni por la temperatura, sino por todo lo bueno que nos ha dejado esa experiencia.
No por el lugar tan bonito en el que hemos estado, sino por la gente tan especial con la que lo hemos compartido. Por todo lo aprendido. Que hoy estamos aquí y mañana no se sabe, y que por ello hay que disfrutar cada segundo con una sonrisa. Que un día ya no seremos los que somos ni los que fuimos, pero sí mantendremos muchos de los recuerdos vividos y por ello debemos procurar que estos sean tan como los que se han hecho en este tiempo corto pero intenso.
Nos separamos pero lo hacemos sabiendo que una parte de cada uno se queda con nosotros.

Y es después de una experiencia así que te das cuenta que no es el dinero, ni el lugar, ni el tiempo, que la vida son las personas.

Gracias por haber hecho de esta experiencia algo tan provechoso, especial e inolvidable.

"Si no vas a hacerlo bonito, para qué."

Tuve que elegir, porque así lo quise sin quererlo.

Nos sentamos en la playa, sobre una toalla.
Le mire a los ojos, tenían esa clase de brillo que hasta entonces jamás le había visto y que nunca más le volví a ver ni a él,  ni a nadie que me mirara. Irradiaban de eso que no se suele ver. Sonreímos. 
Me acerqué hasta montarme sobre sus piernas, tal y como si fuéramos ese puzle que por mucho que se quiera, nunca termina de encajar. 
Nos acercamos más hasta hacer de la distancia, milímetros. Volvimos a sonreír y nos dimos el beso más apasionado, sincero y dulce de todos, el último. 

Y que amargo nos supo cuando todo dejó de pasarnos. Y que agrios estamos ahora después de darnos cuenta de que habíamos desperdiciado todo eso que habíamos esparcido por el mundo dejándolo tirado por cualquier lado. 
Nos quisimos como pocos se atreven a quererse, con todas sus ganas. Nos quisimos, pero cuando me despegué de la cosa más deliciosa que jamás probé, supe que seria mejor vivir el resto de mis días con la compañía de la melancolía, que con la suya. 

Y aunque dolorosa, fue mi elección no perdonarnos otro error, otra lágrima, una ilusión que probablemente hubiera terminado en otra desilusión chillada.
Sigue estando entre todos mis pensamientos, no permitiéndome ponerle ojos ciegos a la idea de que aún le quiero.
Porque de verdad le quería, le quise y le querré, pero ya sólo en recuerdos, donde los abrazos no asfixien y el cariño convertido en temor a dejar de ser no nos deje sordos.
Sí, mejor solos.




Yo no soy esa,

  Artist: Brett Allen Johnson Yo no soy esa. Bueno, sí sigo siendo Pero sin ser. No sé si me explico; Soy y no soy Sigo y no sigo siendo es...