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jueves, 23 de enero de 2014

Quien fuera gato para no tener que pensar tanto.

Y quieres pensar que merecerá la pena, que serán las ideas que esperas las que te sostengan cuando la verdad intente hacerte colisionar de mala manera contra ese suelo duro que a veces puede llegar a ser la realidad. Pero seamos claros, aunque quieras, sabes que no puedes fiarte. Y quien se fía, aunque no quiera admitirlo, sabe que lo hace sabiendo que no debería hacerlo y que tarde o temprano acabará chocando de lleno contra el duro fondo que ha intentado ignorar.

Ahora, al haber dicho esto, hago como todos y me adelanto a los hechos. Porque no lo ha dicho aún, no le has preguntado, pero lo sabes, porque te has tomado la molestia de buscar dónde saberlo. Y es cuando lo dice, justo mirándole mientras te lo esta diciendo, cuando crees saber que la realidad que nombra no es la real sino otra que no esta hecha para que tú te la creas. Es en ese preciso instante cuando te preguntas si debes dar un paso atrás para coger impulso y lanzarte al vacío o si dar un paso atrás pero para marcharte.

Dicen que nunca sabes cuando puedes estar o no equivocado y que a causa de eso no puedes juzgar del todo a quien conoces de poco, que debes olvidar los miedos porque la idea de elegir la elección equivocada no debe frenarte, que por intentarlo no se pierde nada pero que si no lo intentas puedes perderlo todo.
(Olvidan que perdemos tiempo y horas de sueño)

(¿Es la sinceridad la que acompaña al sonido que crean sus palabras o son sólo parte de un plan lleno de artimañas que acostumbra a usar para arañar y engatusar gatas?)

Si alguien nos hablará claro, ese será el tiempo.


Un mar de dudas en el que no sabes cual de ellas terminará siendo hecho y acierto. 

martes, 21 de enero de 2014

domingo, 12 de enero de 2014

Y así fue.

De cada día que pasaba, le dedicaba sin quererlo un tiempo a recordarlo, y según transcurrían las semanas se iba preguntando más y más como podía haber sido tan tonta, como pudo no haber puesto antes punto final, pero siempre llegaba a la misma conclusión; "no lo sé, no lo sé".

Llega la oscuridad, calla el mundo, solo tú y el vacio, y resulta inevitable no ponerse a pensar mientras las horas vuelan sin que apenas te des cuenta. 
En uno de esos vacios solitarios recordó el último día que le vio, se fue sin despedirse. 
Siempre iba ella detrás cuando discutian, siempre intentaba que no se marchara. Ese día, el último que se acomodó en su hombro, no corrió ni hizo apenas algún intento de los que había estado dispuesta a hacer alguna vez para que se quedase, esa vez no. 
Unicamente gritó llamándolo por su nombre en un ligero intento de que no se fuera sin antes abrazarla , pero aquel nombre se desvanecia lentamente en sus labios, hasta que se hizo el silencio absoluto y las miradas cercanas se dirigíeron a ella con aires de tristeza. Y fue así, mientras veía que no la escuchaba, que seguía recto en su paso sin mirar atrás, viendolo salir a lo lejos por aquella puerta, como supo que también le estaba viendo salir de su vida.

«Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender».

-¿Y qué opinas del matrimonio?
-"Sólo un papel" dijo.
-¿Pero crees en el amor? ¿qué buscas en él?
-Alguien que esté ahí cuando no haya nada, alguien capaz de llevar una amistad que mantenga mi vida organizada, que se encargue de los niños cuando los haya... 
-Entonces... ¿no crees en el amor?
-Creo que es algo temporal, algo que se acaba y ya no vuelve. Luego solo queda el compromiso de cuidarse el uno al otro y mantenerse unidos por respeto a la familia.
-No... definitivamente ni crees ni sabes qué es el amor. 

Lo dijo claro desde el principio, pero ella prefirió ignorar sus palabras.   
No era su destino permanecer con alguien así, eso no le traería felicidad, y lo sabía bien pero eligió tontamente el reto de intentar cambiar esas ideas, de intentar cambiarlo a él... olvidando que cuando quieres a un ser, tienes que aceptarlo tal cual es, porque eso es el amor, y porque por mucho que se quiera, ninguna persona cambia por nada, ni por nadie. 


miércoles, 8 de enero de 2014

Ven amor en un mar, dónde yo ya sólo veo agua.

Según la ví  aposté a que seguiría siendo esa persona reservada y bondadosa de la que me habían hablado.
Y sí, a pesar de todo lo acontecido, parecía seguir siéndolo. Era como si aún no reparara demasiado en mostrarlo, como si todo el odio que habían intentado imponerle no fuera suficiente para que ella destruyera la relación con su yo interior y se alejara de esa forma de ser tan particular que tenía con ella y con el mundo. Aunque, para ser sincero, lo poco que sabía de ella, me hacía pensar que si en algún momento se veía tentada por la suerte, podría hacer hasta lo más inesperado.
No, no era distinta, era real.
Me había sonreído muchas veces desde el poco tiempo en el que la conocía, pero nunca tan como ese día. Deseé como nadie preguntarle la causa de la felicidad que llevaba puesta en ese momento tras lo que había parecido un largo tiempo dejándola colgada en el armario, pero por muy grande que era mi deseo de saberlo, mayor aún era mi vergüenza. 
Me cuestioné también el preguntarle sobre su vida en general, pero  tampoco lo hice, después de todo y trás unos  meses con sabor a café, ya debía estar cansada de que se lo preguntaran. Se lo pude  notar en lo que no decía, en los temas que parecía que evitaba que pasaran por mi mente o incluso, por la suya propia.
Intenté por ello no nombrar nada de eso que supuse que no querría que le nombraran, pero no pude evitar que no pasara. 
La miré con simpatía hasta que mi vista se apartó de ella en un intento de esquivar a dos amantes que iban besándose al andar. Cuando mi mirada volvió a encontrarse con la suya,  soltó un "ven amor en un mar, dónde yo ya sólo veo agua".
Entonces mi forma de mirarla cambió y me aventuré a responder: "yo sólo te veo a ti".
Y sonrió como seguramente hacía mucho que no lo hacia, con esos ojos llenos de un brillo que rebosaban ilusión, esa que tanto ella como yo habiamos intentado disimular. 
Entonces supimos que el comienzo de algo nuevo estaba justo ahí, delante de nosotros, en nuestras pupilas, en nuestras ideas y en todas esas risas que también se aventuraron a salir.

martes, 7 de enero de 2014

Un amor que te ilumine como cualquier estrella pero que no sea fugaz.

Sabían que el amor rápido no era amor sino error, 
pero lo hicieron, se amaron como estrellas fugaces.

No se admiten cerrajeros.



No pondré el fechillo pero tampoco te la dejaré abierta. Ahí, justo en tus actos y tus palabras tienes un manojo de llaves y mucho tiempo para usarlas. Intenta abrirla o rindete y no vuelvas, pero antes que nada, recuerda que si logras abrirla y entrar, será para no echarte jamás.

Yo no soy esa,

  Artist: Brett Allen Johnson Yo no soy esa. Bueno, sí sigo siendo Pero sin ser. No sé si me explico; Soy y no soy Sigo y no sigo siendo es...