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martes, 25 de febrero de 2014

Another new beginning.

Apuraba el primer sorbo de café en un intento de que la ayudase a superar el frío de aquellas calles en invierno.
Mientras caminaba, iba hablando para sí misma, diciéndose esas cosas que ni ella ni nadie se atrevería jamás a decir en alto. Alzó su vista despegando el vaso de sus labios y se dijo: "escaparate" suena a "escapate".
A pesar de que estuviera temblando, deseando llegar al calor que hubiese en cualquier otro lado, se atrevió a detenerse ante el que le había hecho pensarlo.
No pudo retener a su mente que apreciándolo voló lejos de dónde ella realmente se encontraba.

"Recuerdo bien sus palabras" (volvió a decirse para sí) e inevitablemente pasó a rememorarlas.

"Él hacia algo mal, le discutías, y dos horas después eras tú quien estaba llorándole y suplicándole en su puerta que te abriera y que no te dejara fuera. 
Y cuando entrabas, te encontrabas todas las cosas revueltas. Ya no sabías ni donde estabas, ni quien era él, ni que había pasado, ni mucho menos como habías llegado hasta allí. Sólo sabías, que ni al lado de esa persona, ni en ese sitio, eran dónde querías estar. 
Pero te convencía de que nada había pasado hasta que pasaba algo más y vuelta a empezar.

No cariño, ese tipo de personas no es el que necesitas, ese tipo de personas no te merece. 

Qué se crea alguien verdaderamente tonto sus mentiras, tu no tienes porque fingir que lo haces. Menos aún cuando no dejas de pasar noches en vela, ahogada en un mar de ideas, lleno de tiburones que no hacen más que comerte la cabeza. 
No, vida, eso no es para ti. Lo sabes".

Cuando quiso darse cuenta ya no quedaban más sorbos para lo que había sido aquel café del que ya solo quedaba el vaso de cartón entre sus manos.

Y tras haber echado la vista atrás por unos segundos, continuo hacia adelante, y lo hizo con una sonrisa que dejaba claro, que lo que había hecho por irse, no había sido hecho en vano.




sábado, 22 de febrero de 2014

«Plus, he is there for you, when he shouldn't be»

Sus ojos se chocaron con los suyos cuando comenzó a sonar esa melodía para ambos conocida.

Ella pensó "ojalá me saque a bailar". Y él lo hizo.

Y se dejaron llevar por el son de la canción. Un paso tras otro.

Él agarrando con sus manos la frágil cadera que tenía ante sí.

Ella apoyando sus brazos al rededor del cuello de este.

Una vuelta, y vuelta a agarrar su cadera.

Para cuando la volvió a sujetar, sus miradas ya se habían vuelto a encontrar, y lo hicieron a dos centímetros de sus labios. Casi  sin poder evitar que sus sonrisas les delataran lo que andaban meditando. Un paso tras otro.

Al segundo siguiente ya estaban devorándose como si no hubiese mañana, buscándose los labios mientras sentían que el mundo se había parado para ambos, como si solo existiesen ella, él y el instante en el que se encontraban.
Dejando destapar  en él, sus más deseados deseos.

Y cayó ese tipo de dulces abrazos, llenos de tiernos besos y de pensamientos cargados de "ojalá nunca acabase este momento".

Y continuaron bailando sus lenguas.


















viernes, 21 de febrero de 2014

Qué felicidad más tonta.

¿A veces no es como que todo te suena a una canción?
Qué vas en sintonía en la vida con ella de fondo.
Con unas ganas de salir y que todo y todos te hagan sentir las mismas sensaciones que te transmite.
De ir en un coche, ponerla, mirar hacía afuera, hacía la vida, y sonreír. 

jueves, 20 de febrero de 2014

El principio del final.

 Aquel día abrió los ojos de golpe, él y su idiotez la obligaron a hacerlo, aunque era sabido que realmente no quería. Hubiera preferido vivir engañada más tiempo a admitir que no podía cambiar aquello que tenía delante de ella, y lo más doloroso, qué después de mil intentos, tocaba darse por vencida.

Buscaba sus ojos y ella los ocultaba, no quería mirarle cara a cara porque sabía que él no merecía mirarla. Intentaba huir. Huir de sus brazos, pero la agarraba. Y cuanto más intentaba liberarse, más la presionaba, tanto que hasta lograba hacerle sentir dolor, más dolor del que ya le había hecho sentir.
A pesar de la intensidad con la que la sujetaba, ella seguía en su agonía por alejarse de tal ser, y mientras la impotencia la consumía, a este no se le ocurría otra cosa mejor que besarla mientras seguía presionándola.

"El amor que quiere, no hiere", pensó.

Y aunque así lo pensara, volvió a autoengañarse una vez más, pues volvió a creerse sus "no volverá a pasar". Ignorando así, que si alguien te ama, no tiene porque prometer eso, porque quien te quiere no hará nada tan grave como para poderte destrozar (o dejar mal).
Así que pasó el tiempo mientras seguía engañada, pero ya no como antes, ya no con la tonta ilusión de hacerlo cambiar.
Fue más con la tristeza y desilusión con la que convivió esos meses, que con él, meses durante los que supo que el punto y final no eran una cuestión de pena, sino una necesidad.













lunes, 17 de febrero de 2014

Let me tell you.

No estaban juntos, eran algo, pero ninguno de los dos se atrevería a ponerle nombre ni a definir qué exactamente. Más que nada, porque por mucho que buscaran, no encontrarían palabras para hacerlo.
 
Es verdad que se veían, que se escribían hasta las tantas de la madrugada regalándose horas de sueño mutuamente. Incluso, alguna que otra vez se les ha visto escondidos por los callejones buscándose los labios y besándose en todas las partes del cuerpo habidas y por haber, siempre ocultos en la oscuridad dónde los puedan ignorar la mayoría de los transeúntes que cerca de allí pudieran pasar. Hasta era sabido a pesar de sus insistentes intentos por mantenerlo en secreto, que se hacían otras cosas de esas que es mejor no contar. (+18)
 
Por todo esto, era normal que a veces se cuestionaran seriamente sobre ellos, porque si bien no eran más que amigos, claro quedaba que tampoco eran menos.

Y allí estaban, acomodados en un silencio de apariencia infinita tras haber pasado un fin de semana de esos de sustancias ilegales y otras cosas "+18". 
Él conducía con la vista al frente. Ella miraba por la ventanilla del sillón de acompañante como se iba desvaneciendo lo que quedaba de tarde. 

Al fin uno de los dos se dispuso a romper esa ausencia de palabras que les había acompañado durante todo lo que llevaban de trayecto.
Fue ella, y un simple "te quiero".
El chico, al escucharlo, dejó de mirar al frente para clavarle su mirada penetrante (esa que la derretía y le hacía olvidar todo lo que la rodeaba, casi por completo).
Tras unos segundos de observarla sin decir nada (como quien piensa lo que va a decir antes de hacerlo), se dispuso al fin a decir algo;

"¿Por qué dices que me quieres, chica? ¿es qué aún no sabes que soy el tipo de chico que detestas?"

Ella sólo le miraba,  como esperando una explicación. 

Él prosiguió.

"Si de verdad me quieres, estaré en tu vida porque tú lo deseas y no porque vaya a luchar por quedarme en ella. Pura comodidad la de no irme. Ya sabes, seré ese que ni regala flores, ni dice 'te quiero', y lo que es peor aún, ese que ni tan si quiera lo demostrará con hechos.
No, no te iría a ver si me necesitases. 
Tú no serías mi última opción, pero sí algo parecido. porque yo soy mi principal preocupación y sé que en el fondo sabes que no es nada nuevo lo que te digo.

Ves el fuego en el que te podrías quemar en mis ojos, y yo veo en los tuyos las ganas de arder, y puedo jurarte que hay un deseo constante de que lo hagas, pero no quiero tener que sentirme culpable de una situación futura a la que sabías que ibas a arriesgarte desde antes de este momento. Porque cuando me viste lo supiste, lo sé. 
Yo no tengo porque aguantar futuras discusiones, ni recriminaciones, nada. 
Sé que con eso te lo digo todo.
Así que, por tu bien, no puedes querer a alguien como yo, porque querer a alguien como yo, es querer al dolor y a la propia destrucción. 
No lo hagas, no me tientes a hacértelo y a hacerte pasar por eso"

Se volvió a hacer el silencio mientras seguían sin dejar de mirarse.

Cuando se quisieron dar cuenta; otro coche, todo al revés, sangre en sus caras, fuego.

Al final los que terminaron ardiendo fueron ellos y no sus pasiones futuras, esas que junto a sus preocupaciones pasaron a difuminarse en cuestión de segundos, justo en el momento en el que cayó la noche y se apagaron sus miradas (eternamente).

Entiende ahora, cariño, qué perder mi tiempo presente preocupándome por uno inexistente, no esté en mis planes.



domingo, 16 de febrero de 2014

Demasiada ausencia dijo para sí,
tal parece que esta tarde nadie vendrá,
tal parece que tendré que quedarme,
como tantas veces,
mirando por la ventana como cae la lluvia
y lava la sangre de los suicidas,
tal parece que tendré que amarrarle de nuevo las manos
a la idea de charlar con alguien.

Afuera los carros se chocan,
las personas se muerden los pasos,
a los muertos los abandonó su propia sombra.

Posiblemente es mejor permanecer aquí.

Demasiada ausencia... dijo para si....

Apagó su cigarrillo
y apuró el último sorbo de café.

Para entonces el veneno había hecho efecto
y pasó, casi sin notarlo,


a ser un habitante más del submundo.


Just something real, please.

jueves, 13 de febrero de 2014

Just somebody that I used to know.

 No solía pasar, pero aquella noche pasó.
Una nueva decepción causada por una mala decisión la llevó a recordar pasadas decisiones. A pensar si las elecciones que tomó en su momento fueron buenas o no. Si había merecido la pena hacer todo lo que hizo por llegar hasta el punto en el que ahora se encontraba, o si por el contrario debía haber actuado de otra manera.
Fueron esos pensamientos los que ocuparon su mente hasta hacer que olvidara por completo que estaba allí no para cuestionarse su vida, sino para dormir.
(Pero cuando se dio cuenta, ya era demasiado tarde como para preocuparse por la hora)

Y no, no era la idea de haber tomado el camino equivocado la que la hacía tambalearse, era el hecho de meditar en como pueden cambiar las cosas para siempre por llevar a cabo  una simple decisión. Porque lo pensaba y se preguntaba dónde estaría ella ahora mismo si hubiera seguido por dónde iba, y lo más importante; ¿con quien?

Algo de pena se coló por sus venas y le alteró la presión de la sangre, y no pudo evitarlo, no pudo evitar sentir eso aunque supiera que realmente había hecho lo correcto. ¿Un mal día? puede ser. 
El caso es que algo le hizo volver a querer saber de él, y se preguntó si debía molestarse en marcar su número, qué aunque la ira hubiera hecho que lo perdiera, aún no había logrado que lo eliminase de su cabeza.
Y a todas estas, miraba fijamente el aparato mientras se cuestionaba si debía o no llamarlo, o darle a saber que una parte de ella siguía pensando en él. 
Lo cogió en un intento de decidirse pero con la misma lo volvió a colgar. Lo siguió observando mientras reflexionaba sobre la idea de que seguramente él pudiera estar igual.
Cuando se quiso dar cuenta ya volvía a tenerlo entre sus manos otra vez, entonces fue un recuerdo más oscuro que la noche el que la atravesó por completo, el mismo que le hizo saborear el sabor amargo en el que se torna la sal cuando no es deseada. Y con la misma dejó el teléfono es su mesa de noche para no volver a tocarlo más, pero ya era tarde, ya sabía que había vuelto a ser la misma tonta de siempre.

Entonces se preguntó que hubiera pasado si hubiera llamado, que hubiera sucedido de haber marcado los números y de haberse arriesgado, pero aunque la pregunta la reconcomia, prefería vivir con la intriga toda la vida, a seguir con la etiqueta de 'estúpida' sobre sus costados.
"Viva el orgullo" dijo para sí en bajo.
"Viva".

jueves, 6 de febrero de 2014

«Hay veces que deseamos que el sentido común, fuera más común».

Explicadme como alguien puede decirle "eres una puta" a la misma persona a la que 3 meses antes le decía "eres mi vida".
Qué sí, que se puede estar dolido, pero ¿tanto es el orgullo que supera lo vivido?
¿En serio tantas horas de dedicación y deseados momentos para que te terminen hablando peor de lo que se le puede llegar a hablar a un desconocido?
De verdad que no lo entiendo  porqué lo mínimo que debe quedar, es el respeto. 
Vale que todo termine, que se ponga punto y a parte, que se decida no llevar ni tan si quiera una amistad por evitar así el dolor que se pueda causar,  pero ¿qué es lo que les hace realmente destrozar de esa forma todo eso que alguna vez se calificó como amor?
Porque cuando hacen eso, cuando rebajan el cariño y el respeto a lo más mínimo y aumentan la hipocresía y el orgullo de sus palabras, eso es lo que hacen, rompen todas las gracias que pudo tener una historia y te llevan de esa forma a desahacerte de regalos, a quitar fotos de marcos, a romper cartas y a prenderle fuego al olvido (para siempre).

Juro que odio sentir que quise a la persona equivocada, 
pero a veces, no te dejan más remedio que el de sentirlo así.
      (Y no sé como a día de hoy no se nos van las ganas de amar).




martes, 4 de febrero de 2014

With love.

Puro magnetismo desde que se conocieron.
Fiebre inmediata cuando 'sin querer queriendo' se miraban.
Sensación de querer comerse el mundo y sus bocas.
Y al rozarse un hormigueo insensánte en cada parte,
pues podían sentir un inmediato escalofrío cuando se palpaban (pelos como escarpias).
No les hacía falta buscar sus puntos débiles, ya se estaban derritiendo el uno por el otro.

Y ahí estaban, ante la mejor droga.

No entendían de ciencias, pero tampoco les hacía falta conocerlas para saber que había una buena disolución entre física y química.


Si no lo sabes tú, te lo digo yo.

Recordaba esas mañanas, cuando se acercaban fechas señaladas y se despertaba entre sueños tontos que la ilusionaban. "¿Lo hará? ¿me sorprenderá esta vez?" meditaba para sí misma. Pero no, nunca lo hacía.
Era cuando pasaban todas esas fechas importantes y veía las cajas acorazonadas en la basura cuando se sentía más vacía incluso que las mismas.

Alcanzó a escuchar algún "te quiero" de su boca alguna vez, ya sabes, de esos desinflados de hechos. Cierto es también que no puede negar que alguna de esas veces le dio algo, pero nunca se esmero en el 'qué' ni en el 'cómo'. Nunca en hacerla feliz, como si regalar amor fuera como la maldita obligación de ir a clase y madrugar con 13 años (todo un coñazo que no entiendes ni porque debes hacerlo). Y era trás cada una de esas decepciones, cuando callada le miraba y se preguntaba si él sabría que dar lo que te sobra no es regalar, sino dar limosna.

(Y qué si no te sabe amar, mejor la  soledad un San Valentín que la desilusión toda la vida).




Take it easy.

Si rebajas tu orgullo por alguien y no es capaz de hacer lo mismo por ti, 
dejalo ir.

Yo no soy esa,

  Artist: Brett Allen Johnson Yo no soy esa. Bueno, sí sigo siendo Pero sin ser. No sé si me explico; Soy y no soy Sigo y no sigo siendo es...