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miércoles, 27 de julio de 2016

¿Dónde quedó la inocencia?

Artwork by Banksy


Inocencia, no de la manera en la que solemos imaginarla, sino como pureza de palabra, de mirada, de actos que no son llevados a cabo por mero compromiso o interés. Aquello a lo que en otra época definían como "el honor."

El honor, que no es otra cosa que ser leal -ante todo a uno mismo-, ha caído. El chisme, la conversación chabacana de media tarde y toda esa gente que habla sin decir nada, se han alzado (o han sido alzadas). El periódico, la televisión, las redes... difunden la verdad engañosa y dan voz al desconocimiento. La imbecilidad se propaga como una epidemia.

Quién piense que algún día de estos podría suceder un apocalipsis zombi es que no se ha enterado de eso de Pokemón Go. Pero el problema venía de antes. Más o menos desde que el móvil se vino a convertir en una extremidad más del cuerpo humano. O incluso, de mucho antes, pero ahora más que nunca.

El leitmotiv de las nuevas generaciones no asusta tanto como las consecuencias de la llegada al poder de Hitler, pero casi. Al menos, este ascenso no resulta tan impactante si se analiza la situación previa en la que se encontraba Alemania.
Los programas de cotilleo, las bellezas de instagram, los youtubers... aportan estereotipos, opiniones basadas en "vaya usted a saber qué" y mucho fanatismo opaco.

Porque no basta con echarle las culpas a un gobierno u otro, o a todos. A veces, es más necesario e importante juzgarnos a nosotros mismos -como sociedad y como sujetos particulares-, mirar que miramos y que no, a qué le damos importancia desmedida y a qué se la restamos. Recordarnos lo importante, cuidarnos de no descuidarlo. Y quizá, así despertar de toda esa bruma que nos ciega.

lunes, 11 de julio de 2016

El superhombre está podrido por dentro.



Hay quienes lo perciben al identificar mi muerte en la mirada.
No creo en nadie, no creo en nada.
Se me llenaron de vacío las ilusiones. Me abandonaron, o quizá,
yo las abandoné a ellas.
Sobre el cuándo, sólo sé, que percibí la angustia y el desasosiego al ser ya demasiado tarde para frenarlas. Habitaban en cada uno de mis respiros.
Respiros que ya no son respiros sino suspiros por cargar sobre el alma los kilos de mi cuerpo.
Los días pasan, se suceden uno tras otro, todos lo mismo, todos igual. Tirada en la cama, día y noche. Sin querer salir, sin querer hablar.
Ha caído en coma mi curiosidad, las ganas por luchar, la esperanza.
Mientras tanto siguen cayendo bombas en algún lugar.

sábado, 2 de julio de 2016

De la vida en la ciudad.



Estar, pero estar, para estar realmente en el sitio.
Porque muchas veces estamos,
pero es como si no estuviéramos.

Pasamos atolondrados por las calles de la prisa,
agonizados, sin detenernos si quiera a observar
y ser conscientes de dónde, cómo y quienes,
o quienes no.

Las manos adheridas a las pantallas,
los oídos aislados en otras realidades.

Los ojos invertidos en la rutina, los quehaceres
y la necesidad imperante
de aligerar el paso hacía ninguna parte.

Olvidamos que, estar por estar, detenernos,
y sentir nuestra absurda existencia
es una parte vital de la vida.

Yo no soy esa,

  Artist: Brett Allen Johnson Yo no soy esa. Bueno, sí sigo siendo Pero sin ser. No sé si me explico; Soy y no soy Sigo y no sigo siendo es...